AVISO PARA COMENTARIOS SIN IDENTIFICACION Y RACISTAS

Todos los Comentarios que se viertan en este Blog deberan de contener datos Identificaivos de la Persona que los hace y cuando contengan Indices de Racismo y descalificacion a etnia,Raza,o Cultura estos seran eliminados automaticamente por el sistema y por defecto quedara la ip registrada en la base de datos de Google con el fin de tramitacion al departamento Policial competente para que proceda a su Investigación ya que el Racismo esta penado por ley en el Estado Español.


martes, 4 de agosto de 2009

Los biznietos del Rey de los Gitanos continúan cuidando su tumba después de 95 años


Los biznietos del Rey de los Gitanos continúan cuidando su tumba después de 95 años.

Pocas tumbas han estado tan rodeadas de un halo de misterio como la del Rey de los gitanos en el cementerio de Burriana. Durante muchos años, 95, ha sido visitada por gitanos de toda la comarca y por todos aquellos que han acudido al cementerio, especialmente en la festividad de Todos los Santos.

¿Quién era el Rey de los gitanos? ¿Quién se ha encargado durante casi cien años de cuidar y adornar su tumba? Preguntas frecuentes de quienes han admirado su sepultura, sobre piedra negra, con una fotografía “post mortem”, debajo de la cual consta su nombre y fecha del óbito, y una reja que todavía le da mayor halo de misterio. Los retratos 'post mortem' hoy en día se consideran un tabú, pero a finales del siglo XIX y principios del XX eran una práctica habitual. Del difunto, lo que la mayoría sabía es que se trataba de una persona importante dentro de la etnia gitana y que había tenido una muerte trágica, en una trifulca entre gitanos.

El pasado jueves, por casualidad, dimos con las tres personas que se ocupan de adornar con flores la tumba del Rey de los gitanos. Son sus tres biznietos, Juan, Francisco y Ramón González Escudero, que han mantenido la tradición, y la promesa que le hicieron a su padre, nieto del Rey de lo gitanos, de cuidar la lápida mientras vivan.

El Rey de los gitanos se llamaba Juan José González González, y según consta en su acta de defunción del día 4 de abril de 1912, nació en Iniesta, provincia de Cuenca. Estaba casado por el rito gitano con Antonia Escudero Giménez – es curioso como en el acta de defunción empieza el secretario Carlos Shartou a poner casada, interrumpe la palabra, la pone entre paréntesis y a continuación escribe: (casa), digo, soltera”, de 23 años, natural de Daroca (Zaragoza) con domicilio en el cauce del río. Fue junto al río Anna, cerca del puente del Camí La Cossa, donde murió a la edad de 33 años. Era hijo de Juan José y Micaela y de profesión tratante de animales. Tuvo dos hijos de su unión con Antonia Escudero: Ramón y Teresa.

Se dijo en su momento que lo apuñalaron tras una discusión y que lo llevaron al Hospital de Sant Blai. El parte médico que se recoge en el acta de defunción pone que murió a la 1 de la madrugada de una pleuro-pneumonía.

En Nules, donde estaba el partido judicial, se juzgó el 8 de junio de 1914 a los presuntos criminales: Antonio Ruano y Enrique González, pero nunca se supo cual fue la sentencia.

Juan, Francisco y Ramón González, que residen en Castellón, nos cuentan que “antes de fallecer mi padre, en 1994, veníamos a acompañarle, y su preocupación era que siguiéramos cuidando la tumba”. “Nosotros, explicaba el hermano mayor, Juan González, que fue presidente de la Asociación Gitana de Castellón, muy arraigados en nuestra cultura, le prometimos a mi padre que mientras alguno de nosotros viviese vendríamos a cuidar el nicho de mi bisabuelo. Somos cuatro hermanos, y tres venimos todos los años antes de Todos los Santos a arreglarlo”.

Nos relatan que le llamaban el Rey de lo gitanos porque como ellos dicen era “un hombre de respeto” que por su sabiduría ejercía una autoridad en su familia y en la colectividad gitana de toda la provincia. “Le llamaban a él para meter paz”. Pudiera parecer joven para hacer ya funciones de gitano viejo, con sólo 33 años, sin embargo hay que tener en cuenta que la esperanza de vida en España, en 1912, era de 34’5 años. “Era una persona muy querida, honesta, leal y muy respetada, recalcaban sus biznietos”. “Su muerte, aseguran, fue un acto de cobardía por parte de quien lo hizo”. Cuentan que, contrariamente a lo que se pensaba, en el sentido de que la causa de la muerte habían sido varios navajazos, perdió la vida de un tiro por la espalda. “Nuestro bisabuelo tuvo una pelea y acudió un sereno a poner paz. Como era una persona conocida, que había vivido toda la vida en Burriana, el sereno, que sabía quien era, le dijo: anda González, vámonos y déjalo estar, y se fue con el sereno. Fue entonces cuando el que le asesino, aprovechó la luz del farol del sereno para apuntarle y matarle por la espalda”.

En cuanto a si sabían si los inculpados fueron condenados, nos dijeron que “no lo sabemos con exactitud, pero creemos que no. Entonces las reyertas entre gitanos no interesaban a nadie y había una gran desprotección. Si un gitano mataba a un payo, era perseguido y castigado, pero entre gitanos te podemos asegurar que no”.

Dicen que aún conservan un escueto recorte de prensa en el que se informó del fallecimiento y “también una foto familiar de mi bisabuelo muerto – la misma que hay en la lápida –, junto a su esposa y su hijo, que era mi abuelo”.

Juan González significó que “siempre que he venido aquí me he quedado sorprendido del interés que despierta la tumba de mi bisabuelo, lo cual nos honra, porque siempre ha sido un hombre querido y recordado en Burriana”.

No hay comentarios: